Brasil comenzó a usar robots quirúrgicos en 2008, y desde entonces esta práctica ha crecido exponencialmente, siendo Brasil el país de América Latina que más realiza este tipo de cirugía.

Cuando se trata de cirugía robótica, la mayoría de los legos imaginan un androide, un robot de aspecto humano, que hace todo el trabajo solo. En realidad, el robot quirúrgico llamado Da Vinci es solo un instrumento, de alta precisión, controlado por el cirujano.

El robot Da Vinci fue desarrollado por Intuitive, una compañía fundada en 1995 para crear sistemas innovadores asistidos por robótica que ayudan a facultar a los médicos y hospitales a hacer que la cirugía sea menos invasiva que un enfoque abierto. En 1999 Intuitive lanzó el sistema quirúrgico Da Vinci, que se convirtió en uno de los primeros sistemas quirúrgicos asistidos por robot en obtener autorización.

Actualmente, el robot Da Vinci ha realizado más de 6 millones de cirugías en todo el mundo, y Brasil tiene un número cercano a los 20 mil. En los últimos cinco años, el número de cirugías robóticas en el país ha crecido en un 500%, lo que permite el acceso y la disponibilidad a un mayor número de personas.

Cómo funciona y sus ventajas

El sistema quirúrgico Da Vinci permite al cirujano realizar cirugías mínimamente invasivas con un conjunto avanzado de instrumentos y una vista 3D de alta definición del área quirúrgica. Su uso es frecuente en urología, ginecología, procedimientos de cardiología, entre otros.

El Da Vinci tiene cuatro brazos, uno de los cuales lleva la cámara, mientras que los otros tres son libres de llevar instrumentos quirúrgicos, como un bisturí, retractores y tijeras.

La cirugía robótica tiene ventajas no solo en relación con la cirugía convencional (abierta), sino también en relación con la cirugía laparoscópica. Entre las ventajas se encuentran cortes más pequeños (porque es menos invasivo), sangrado reducido, dolor y riesgo de infección y una recuperación más rápida del paciente, entre otros.

Como ya se mencionó, el robot no hace nada por sí solo. Sus movimientos siguen los movimientos del cirujano a través de una consola, y si el médico retira su rostro de la pantalla de control, el robot se detiene automáticamente. Además, en casos de acciones no previstas por el cirujano, se activa un bloqueo para evitar daños al paciente.

Fuente: intuitiva